27 de noviembre de 2009

Reminiscencia

No puedo evitarla cada vez que aparece, tantas cosas buenas que se dilapidaron por tontera; lo peor de todo es que la disfruto entre sollozos porque esos recuerdos son el patrón que ahora en más debería alcanzar para ser feliz, para creer en la posibilidad de encontrar a alguien más. Alguien más perdido como yo, alguien que no me crea cuando me traicione mi egoismo solitario y le indique mal el camino; que me cachetee una vez más, que me empuje todo el tiempo para que no me quede sentado a la vera del río viendo moverse la corriente. Tal vez el Siddhartha de Hesse pasó sus años viendo al río moverse quieto junto con el anciano, pero yo no soy ningún asceta y mucho menos un sabio o un Buda. Puede que me incomoden las cosas quietas, pero el vaivén de la corriente me marea y termino saltando nuevamente a la orilla. Jamás he visto un junco crecer con tanto movimiento.

Saludos viajero, cuidado al cruzar el arroyo pues el puente es muy ancho y tienta ir a ver qué hay en las barandillas.


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