16 de noviembre de 2010

El anciano guerrero me contó...

Sentado sobre un barril de hidromiel afuera de la taberna, reclinado sobre el pomo de su mellado mandoble me dijo: "No seas débil, no muestres lo débil que eres, no quieres lástima de los demás; quieres que te conozcan por lo que puedes ser y no por lo que no puedes. Es de tontos hacer un avatar de sus debilidades y avanzar con él por los caminos. ¿Dónde has visto un guerrero ir al combate mostrando sus heridas abiertas? Dos personas en este mundo merecen verlas: El escudero que cada día con  fe inmesurable te calza la pesada armadura y la doncella que con devoción sanará las heridas. El resto debe ser ajeno a tu dolor; ningún martir jamás se ufanó de cuánto ha sufrido. Recuerda siempre eso y siempre serás respetado; olvídalo y serás un mendigo de la pena de los demás: nunca te escudes detrás de tus debilidades como excusa para no intentar algo. Pobre de alma es quien lo hace."

No tuve más opción que creerle, no conozco otro guerrero ciego que haya sobrevivido cien batallas.

16 de abril de 2010

"El gato de Schrödinger de paseo por la sociedad"

Podrán leerlo en muchos sitios al planteo del gato de Schrödinger, pero se lo simplificaré para fines prácticos: Usted tiene un gato vivo en una caja de la cual no puede ver el interior,a menos que la abra. Dentro de la caja hay un dispositivo muy inestable que contiene veneno como para matar al gato; este dispositivo puede accionarse solo, puede ser accionado por el gato, o incluso por usted moviendo o abriendo la caja.
Ahora la pregunta: ¿Sabe usted si el gato está vivo o muerto? No, para saberlo usted tiene que abrir la caja, pero eso puede causar la muerte del gato. Por lo tanto, en el momento en que usted deja de ser observador y pasa a querer efectuar una medición (en este caso constatar la salud del felino) altera el estado del sistema y ya no se pueden obtener datos puros.

Hagamos una breve y sencilla transpolación de área,y una mutación de lenguaje, llevando este fenómeno a las relaciones sociales.

Vayamos entonces más allá del felino, volvamos a los observadores aquellos que buscan ver dentro y fuera de las personas; recuerden: No muevan la caja. La esencia pura de las personas se mantiene en su libre albedrío, allí decantan sus odios y amores, pasiones y resentimientos en la más juguetona libertad. Actuar por instinto sólo proporcionaría caos y reactividad*, elementos por demás nefastos para nuestras mediciones sociales. Absténgase entonces de tratar de modificar su sujeto experimental ya que cualquier sugerencia, crítica, réplica, súplica, adulación, reto, o confesión; simplemente logrará que usted esté tratando con una muestra contaminada que responde a su propio interés: un gato muerto. Carece de sentido extender esta conclusión, mi hipótesis es clara y para aquellos que no la entiendan es porque quizas nunca hallan sido meros, y dedicados,  observadores.

Luciano de Esbornia


*Reactividad: Fenómeno psicológico por el cual el accionar de una persona se altera al notar que está siendo observado.

18 de enero de 2010

Disco Infierno

Pensando mil hipótesis para atolondrar mi mente. Depredador sin colmillos por miedo a dañar a su presa o tal vez por más miedo a morderse los labios. Relegado a un rincón espera la gracia de las fortunas a que le regalen fugaces labios o una mirada que no le sea esquiva. En la pradera sobra el pasto para los leones y en los mares el agua para las gaviotas. Una noche más siendo caníbal de mi mismo con cubiertos prestados por mi más hermosa pesadilla. No hay truco, las historias son por demás de cortas y las mangas están, como siempre lo estuvieron, vacias, pero la vida insiste en ver el show con ojos de guadaña.

Disculpen viajeros, hoy andaba paseando dentro mío y olvide que el Klamma Hamma puede tener visitantes, la semana siguiente reanudaremos las excursiones.

7 de enero de 2010

"Cuidado"

Es una palabra jodida, te quiere advertir de algo que implica cierto riesgo, pero en vez de decirlo directamente, se profiere casi como una interjección: ¡CUIDADO! Es algo engañoso, uno deja lo que está haciendo, o se corre de donde está parado, o deja de caminar; sólo para estar a la espectativa de un mal acechante pero no explícito. A fin de cuentas parece que más que advertirnos de algo, sólo quiere llamar nuestra atención para que pausemos nuestro frenesí mental al menos por unos segundos.

Tal es el caso de la palabra "cuidado", pasa algo muy parecido con una frase, que logra detenernos a veces por meses o años y nos deja espectantes, advirtiendo cierto riesgo, con el corazón sobresaltado. Ya la deben haber adivinado: Te Amo.


Acá sí cabe decirlo, viajeros, "cuidado" con sus "te amo" no vaya a ser que la otra persona se frene en seco y la choque el 115.